La Sra. R. era una trabajadora de 46 años que limpiaba oficinas por la noche. Sin que ella lo supiera, el edificio estaba siendo fumigado con un agente químico muy concentrado y poderoso. Era tan tóxico que los hombres que realizaban el trabajo llevaban equipo de protección contra materiales peligrosos. Ni su empresa ni la empresa de exterminio le notificaron lo que estaba sucediendo. Cuando abrió su armario de suministros, una nube de humo denso la consumió y se puso muy enferma. Se descubrió que había desarrollado lupus. Con el uso de un experto en exposición a sustancias químicas y documentación médica, pudimos demostrar de manera concluyente que el lupus fue causado por la exposición a sustancias químicas. A partir de entonces, el caso se resolvió.