Un camión de carga que avanzaba lentamente aplastó a un muchacho de 16 años contra una pared. Ernest R. sufrió una laceración en el bazo, que tuvo que ser extirpado. Se determinó que el conductor había actuado con total negligencia y el jurado otorgó 1,2 millones de dólares de su indemnización porque el internista presentado en el juicio explicó que el bazo era fundamental para el sistema inmunológico del cuerpo y que la pérdida del bazo hacía que este joven fuera más susceptible a las enfermedades infecciosas.