Un joven chino de 21 años con discapacidad intelectual caminaba con unos amigos después de la escuela cuando se metió en el paso de peatones con el semáforo puesto y un autobús de la ciudad que giraba demasiado cerca de la esquina lo chocó. El joven sufrió heridas incapacitantes que le impidieron salir del hospital, donde murió varios meses después. A pesar de que los testigos oculares dijeron que el niño se metió en la calle con el semáforo puesto, la ley reduce la parte de responsabilidad de la persona lesionada de acuerdo con su capacidad mental. En el juicio, se demostró a través de un consejero de orientación de su escuela que era intelectualmente comparable a un niño de siete años. Posteriormente, el jurado determinó que este joven no era legalmente responsable de sus acciones y le otorgó el 100% de la responsabilidad del juicio.