Un Oficial de la Policía de la Ciudad de Nueva York de 35 años era una pasajera en un automóvil de la policía que iba a una llamada de emergencia. Cuando el auto de policía pasó por una luz roja en una intersección del Bronx con luces y sirenas encendidas, todo el tráfico se detuvo, excepto un Chevy Suburban propiedad de la Autoridad de Tránsito de la Ciudad de Nueva York que se estrelló contra el lado del pasajero del automóvil policial. La Sra. A. quedó inconsciente y fue ingresada en el Hospital Jacobi durante dos días con dolores de cabeza, mareos y vómitos. Vio a muchos médicos, recibió fisioterapia constante, múltiples inyecciones epidurales y tres cirugías artroscópicas de rodilla. Sufrió daño cerebral traumático con migrañas, vértigo, náusea y pérdida de memoria, junto con daño permanente a los nervios del cuello, la espalda y ambas rodillas. El Departamento de Policía la encontró totalmente incapacitada y se retiró de la policía. Dansker & Aspromonte Associates obtuvo el caso poco antes del juicio y reunió la evidencia para comprobar el daño cerebral. Aunque la demandante fue capaz de entrar en la sala del tribunal, el testimonio y los registros demostraron al jurado que la demandante tenía dolor y sufrió las consecuencias del accidente todos los días de su vida.