En este caso, una mujer y su novio se acercaron a la calle 65 transversal a través de Central Park la mañana antes del Maratón de Nueva York. Vieron a un trabajador uniformado de la ciudad levantando barricadas para cerrar la carretera. Le preguntaron al hombre si estaba bien si pasaban y él dijo: “Claro, adelante”. Lo que no les advirtió fue que la carretera estaba siendo cerrada para arreglar grandes agujeros causados por agua en la carretera. En consecuencia, Rhonda y su novio entraron en un sitio de excavación sin vigilancia en un área que estaba completamente oscura debajo de un paso elevado. La bicicleta de Rhonda cayó en un agujero grande en la carretera y su cara se estrelló contra la carretera. Sufrió fracturas faciales, laceraciones y lesiones dentales, requiriendo múltiples procedimientos quirúrgicos dejándola con cicatrices faciales permanentes. En el juicio, la Ciudad se negó a admitir que era culpable. El jurado no estuvo de acuerdo y otorgó una decisión a favor de Rhonda.